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por @virginiaescobar

Es la fiesta de las mujeres casadas o Matronalia. Los esposos hacen regalos a sus mujeres y se celebran banquetes. El mismo Ovidio se pregunta por qué estando este mes dedicado al dios de la guerra (Marzo) se dedique esta fiesta a las mujeres. La explicación es la siguiente: Los romanos, invitaron a los sabinos a la fiesta de Consus, pero durante la fiesta raptaron a sus mujeres y se declaró una guerra entre ambos bandos. La paz llegó cuando las mujeres enamoradas y casadas con sus raptores no querían que estos pelearan a muerte con sus padres y hermanos, así que supieron imponer el fin de la disputa precisamente durante las calendas de marzo.

La fiesta está dedicada a Juno Lucina, «la que va hacia la luz», protectora de los partos y de las mujeres que van a dar a luz. Las mujeres casadas acudían al templo de la diosa para suplicarle por la prosperidad de sus matrimonios o, las que estaban embarazadas, por un feliz parto. A sus vez, las matronas recibían muestras de respeto y cariño por parte de los miembros de su familia.

En este día , las matronas tienen todo el poder.

Las  Matronalias recuerdan la disposición de esas mujeres a evitar  el enfrentamiento. La festividad  era una forma de conmemorar la paz obtenida por las sabinas entre sus maridos, padres y hermanos, antes enemigos.

Los ritos incluían plegarias de los hombres a favor de sus matrimonios y regalos, el marido le  regala a la esposa: golosinas, dulces, flores y joyas. Los jóvenes muchachos  regalan a  sus amantes y novias, las hijas a sus madres, e incluso muchos hombres regalaban a sus esclavas diversos presentes. Los niños participaban de la alegría de los regalos hechos a su madre.

Era un día libre para los esclavos y en muchos hogares las esposas  les ofrecían un almuerzo preparado por ellas mismas. El poeta Marcial en tono humorístico llamaba a este festival la “Saturnalia de las mujeres”.

Aunque no tenemos registros de los rituales que se llevaban a cabo durante las Matronalias se sabe que los mismos eran destinados a honrar a Juno Lucina y que las casadas pedían protección, fertilidad y prosperidad para su matrimonio,  mientras que las solteras pedían un buen matrimonio pronto.

Juno Lucina también era la patrona de las recién casadas y de las mujeres que no tenían descendencia. Se celebraba en el monte Esquilino en Roma. 

En el templo de Juno Lucina había un árbol de loto el segundo árbol más antiguo de la ciudad consagrado a Juno. 

Por el real decreto  de Rex Servio  Tulio, cada vez que nacía un niño, los padres debía hacer una ofrenda al templo de  Juno Lucina, esta ofrenda solía ser una moneda.

Toda mujer que ese día rendía culto a Juno Lucina tenía la obligación de desatar todos los lazos o nudos de sus vestidos y cabellos, para propiciar un buen parto nada debía de estar atado.