TAROT-TERAPIA: USANDO LAS CARTAS PARA TU CRECIMIENTO PERSONAL

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Por Karem Barratt, Coach Espiritual

Introducción

Bienvenidos a este nuevo ciclo de Tarot-Terapia, después de un largo descanso de reflexión, entre otras cosas. En esta ocasión exploraremos, a través de un seriado de artículos, las cartas del Tarot y como usarlas para conectarnos a las realidades internas de nuestro ser y a aprender utilizarlas para expresarnos, descubrir ciertos aspectos de nuestra personalidad y trabajar los retos y desafíos de nuestra experiencia humana. Pero primero lo primero.

Existen muchas leyendas sobre el origen del Tarot. Algunas personas creen que se originó en Egipto y que las cartas representan conocimientos encontrados en la biblioteca de Alejandría, antes de que fuera destruida. Otras, aunque mantienen el origen egipcio, creen que las cartas representan el conocimiento arcano que fue pasado, de generación en generación, a través del pueblo roma, o gitano. Otros relacionan al Tarot con la sabiduría hindú y algunos incluso lo ven como originario en la mítica Atlantis. Sin embargo, los primeros registros que se tienen de lo que podemos considerar un precursor del Tarot, datan del renacimiento italiano. Y esto es sumamente interesante. Esta es la época en que los misterios occidentales comienzan a cobrar forma, alimentados por el neoplatonismo, la astrología, las ideas de Pitágoras, la mitología y filosofía clásica, el hermetismo, las escuelas de los misterios, la alta magia, la alquimia y el pensamiento esotérico cristiano. Todas estas influencias pueden ser encontradas en las cartas del Tarot.

El Tarot se divide en dos grupos de naipes: los arcanos mayores y los arcanos menores. A pesar del uso de “mayor” y “menor”, las cartas de ambos grupos son relevantes a la hora de interpretarlas. Podríamos decir que los arcanos menores lidian con experiencias mas cotidianas, mientras que los arcanos mayores hablan más de energías universales y como nos pueden afectar o inspirar. Siempre he dicho que una de las fortalezas del Tarot es que muestra casi todo lo que puede sucederle a una persona en su transitar por la vida. En un principio los arcanos menores, divididos en cuatro palos, mostraban cada palo (copa, bastos, monedas y espadas) en la cantidad indicada por el número de la carta. Es decir, el cuatro de bastos ilustraba a cuatro palos, bastos, ramas o algo afín. Cada palo también incluía las cartas de la corte: paje, caballero, reina y rey. Los arcanos mayores, por su parte, has, desde los inicios, presentados figuras humanas y cuasi humanas para evocar sabiduría esotérica. Dichas figuras presentaban simbolismos de varias culturas y espiritualidades, incluyendo la cristiana. Ejemplo de la influencia cristiana en los arcanos mayores son el Papa, el Hierofante, el Diablo, el Juicio y el Mundo (y yo diría que también el Ahorcado, que son su idea de sacrificio puede pasar por una figura redentora). Por su parte el Carro, la Justicia y quizás la Estrella, sugieren un origen egipcio. La polaridad del Emperador y la Emperatriz, el Papa y la Papesa traen a la mente principios alquímicos.

Como dicen los cuentos, paso mucho tiempo y llegamos a finales del siglo 19 y principios del 20, donde una orden de alta magia, conocida como la Golden Dawn (Aurora Dorada), comenzó a profundizar los estudios del Tarot. Entre ellos se encontraba Aleister Crowley, para muchos el mago más poderoso de tiempos modernos y Arthur Edward Waite, que promovería un cambio significativo en la imagen de los naipes. Mas o menos en 1910, Waite comisionaría a Pamela Colman Smith para que ilustrara un nuevo tarot, que seria publicado por la compañía Rider. Waite y Smith enriquecieron las imágenes originales de la Arcana Mayor, con símbolos adicionales. Pero para mí, lo que dio pie a un cambio importante a la manera en que las personas se relecionaban con el Tarot, fue el cambio en la Arcana Menor. En vez de los símbolos abstractos como copas y espadas, cada arcano representaba una situación específica: el dos de copas mostraba a una pareja, para representar la idea de relaciones, amor, unión de los opuestos y así. Esto permitía una lectura mas profunda y cierto grado de identificación con la sabiduría expuesta en las cartas. Este nuevo Tarot, conocido como el Rider-Waite-Smith, o a veces solo como Rider-Waite se cemento en los círculos psíquicos y espirituales y hasta el sol de hoy ha inspirado a una infinidad de versiones, desde gatos hasta brujas; desde vikingos a hadas a sirenas y pare usted de contar.

En esta nueva aventura a que los invito a comenzar conmigo, vamos a estudiar al Tarot de una manera algo diferente a la tradicional. En la mayoría de los libros que hablan del Tarot, se trata primero a la Arcana Mayor y luego a la Menor. En mi humilde opinión tiene mas sentido iniciar al revés: familiarizarnos primero con los arcanos menores y luego los mayores. La razón para ellos es, como ya comenté, que es más fácil reconocer la sabiduría en los arcanos menores, ya que nos hablan desde un punto más cercano a nuestro día a día. Espero presentar en los próximos artículos información, ideas, ejercicios e inspiraciones que conviertan al Tarot y su sabiduría ancestral en una herramienta útil en este devenir y montaña rusa que llamamos vida.